Un recorrido por la Historia


La fascinante Historia de nuestro pueblo seguro que os sorprende. ¿Os imaginabais, por ejemplo, que estas tierras ya estuvieron pobladas durante el Neolítico? ¿Y sabéis qué relación tiene nuestro pueblo con las conocidas fuentes madrileñas de Cibeles y Neptuno?

Arqueología

Se tiene constancia, según atestigua la Carta Arqueológica del municipio, de que los primeros pobladores de estas tierras se remontan al Paleolítico Inferior.

Además, se han hallado restos arqueológicos del Neolítico y aún se conservan en el municipio indicios de las épocas celta y romana.

El esplendor del Renacimiento

Fue en esta época, en pleno Renacimiento, cuando se construyó el que es hoy nuestro edificio más importante, la Iglesia de San Pedro ad Vincula. Esta edificación data de los siglos XIV y XV, aunque el origen de la torre podría ser anterior.

La portada renacentista de la iglesia tiene un gran valor y ha sido restaurada recientemente. En concreto, los trabajos de restauración de diversos elementos de la portada del siglo XVI finalizaron a finales del año 2016.

También se llevó a cabo, a la vez, la recuperación de la hornacina policromada ubicada en la torre de esta edificación, que representa sin duda una de las piezas de mayor singularidad de las que se conservan en el edificio. Además, destacan asimismo en el interior de la Iglesia las las pinturas murales y una magnífica talla románica policromada de la Virgen.

La Villa de Redueña

Redueña obtuvo el título de Villa en el año 1738. Hasta esa fecha el pueblo fue vendido en dos ocasiones.

La primera por Felipe II a finales del s. XVI, si bien los vecinos pudieron recuperar el pueblo pagando una importante suma de dinero. Y la segunda fue en s. XVIII, antes de obtener el título de Villa.

La piedra de Redueña, uno de nuestros tesoros

¿Sabías que para construir algunos de los monumentos más famosos de la ciudad Madrid, visitados a diario por miles de personas, se utilizaron piedras de las canteras que hubo en nuestro municipio? Este es el caso de las conocidas Fuente de Cibeles y Fuente de Neptuno, pero también de uno de los edificios más importantes de la historia de nuestro país, el Congreso de los Diputados.

Este tipo de piedra se conoce como dolomía. La que se extrajo en Redueña, y en otras localidades cercanas, es muy parecida a la caliza pero menos soluble. Durante el los siglos XVIII y XIX fue muy utilizada en monumentos de Madrid debido a sus características, como su color, buena calidad, baja porosidad, alta durabilidad, baja solubilidad, buena labra y pulimento, aspectos que permiten que este tipo de piedra pueda ser utilizada en lugares con presencia de agua, como en las mencionadas fuentes del Paseo del Prado.

Otras fuentes de la gran urbe madrileña, como la de Apolo o las cuatro fuentes de la Plaza Murillo, fueron construidas también con la piedra de canteras de Redueña.

La denominada Piedra de Redueña, de gran calidad y muy apreciada por canteros y escultores, es un tipo de piedra caliza. En concreto, corresponde a las calizas y dolomías del Cretácico. En diferentes municipios de la comarca, entre los que sobresale Redueña, junto con Guadalix de la Sierra, El Molar, Venturada o Torrelaguna, aún se conservan restos de las antiguas canteras que funcionaron durante años, y en las que hoy se pueden ver las huellas dejadas por los antiguos canteros para la extracción de los sillares y bloques.

Respecto a este tipo de piedra caliza, hay que explicar que se diferencian distintos niveles desde donde se han extraído estas rocas. Las más conocidas y características son las llamadas dolomías de tonos crema, pero también las hay de tonos blancos y rojizos, clasificadas como dolomicritas. Se trata de un tipo de materiales suelen contener geodas, que son oquedades tapizadas por cristales, en este caso de calcita.